Puede que quizás tengas dudas sobre qué detalles te gustaría incluir en el día B, pero estoy segura de que el tema musical lo tienes claro cristalino. La música en las bodas es un elemento fundamental que sirve como hilo conductor de toda la celebración y que aporta ritmo, frescura y dinamismo al evento, por lo que es uno de los must con los que debes contar.

Por supuesto, al tratarse de algo tan importante, ni que decir tiene que será uno de los servicios a los que antes habrá que atender. ¿Lugar de celebración? CHECK ¿Cáterin? CHECK ¿Fotógrafo? CHECK ¿Videógrafo? CHECK ¿Música?, ¡VAMOS A ELLO!

La música en las bodas: consejos para tomar la decisión correcta

• EN QUÉ MOMENTOS NO PUEDE FALTAR. Sí o sí debería estar presente durante la ceremonia, se trate esta de un acto religioso o civil, y durante la fiesta. Obviamente, si podéis contratarla también para el aperitivo y el banquete, mejor que mejor.
  

  

• LA MÚSICA EN LAS BODAS, ¿ENLATADA O EN DIRECTO? Pues lo preferible, por la puesta en escena y la experiencia, es lo segundo, pero claro, también hay momentos en los que no es algo que luce tanto y se puede recortar en gastos por ahí. Por ejemplo, para el momento comida o cena, apostaría 100% por algo que suene de fondo, favorezca la conversación y no distraiga a los invitados de lo importante, ¡la comida! Cada cosa tiene su momento. 
• PAREJA PRECAVIDA VALE POR DOS. Esto es algo aplicable a cualquier aspecto del día B y claro, con el tema de la música en las bodas también hay que ponerlo en práctica. En primer lugar, si ya tienes fichado a algún grupo o DJ, ¡no te lo pienses! Los mejores vuelan. Y por otra parte, hay una cosa que no puedes perder de vista: si te casas por la iglesia, ¡ojo! Son bastante estrictos en cuanto a las piezas que se pueden interpretar durante la ceremonia. Suelen ceñirse a música religiosa o como mucho composiciones clásicas. Infórmate bien y habla con tu párroco para no llevarte sorpresas. 
• LA CARA A Y LA CARA B. Algo superimportante cuando se configura la música en las bodas es aquello que queremos que suene y lo que no. Cada vez es más habitual que los DJs o grupos pasen un cuestionario a las parejas para tener una orientación sobre sus gustos. Ahí se suele preguntas por las canciones que no pueden faltar y las terminantemente prohibidas, así como estilos.
  Por otra parte, sí que has de saber que cuando contratas a un profesional, al igual que hablábamos con la fotografía, debe ser porque te convenza al 100%. No puedes pretender contratar a un DJ que es puro tecno y pensar que va a estar pinchando reggaeton 5 horas. 
• UN SIGNIFICADO ESPECIAL. En las bodas siempre hay que escoger algunas canciones para momentos especiales, así que qué mejor que estas hablen de vosotros o de la persona en cuestión a la que se dedique el tema: entrada a los aperitivos, comienzo del baile, sorpresas… ¡Deja todo lo más especificado que puedas! Los profesionales te lo agradecerán. 
• CONOCE A TUS INVITADOS Y TENDRÁS MUCHO GANADO. La actitud de tus asistentes marcará mucho el devenir del día B, por eso también tenemos que pensar en ello cuando tratamos el tema de la música en las bodas.
  

  

BONUS TRACK

Por último, voy a aclarar algunas preguntas sobre la música en las bodas que siempre suelen surgirle a las parejas de cara al día B:

• ¿CUÁNDO TENGO QUE INCLUIR LA MÚSICA EN UNA CEREMONIA RELIGIOSA?  Habitualmente hay música a la entrada de los novios, en el aleluya, rito del matrimonio (anillos y arras), firma, fotos y salida. Si llevas una misa larga, con ofertorio y comunión, consulta con tu sacerdote. 
• ¿PUEDO ESCOGER LA MÚSICA DEL VÍDEO DE LA BODA? A ver, a ver… Pues como escoger, escoger quizás el videógrafo te deje, pero no es lo habitual y con un muy buen motivo de fondo. El equipo profesional sabe perfectamente qué música encaja con su trabajo y tiene un estilo definido que lo caracteriza y que te ha gustado previamente. Déjate guiar por su consejo profesional. Además, las parejas tienen a irse por canciones que acaban hasta en la sopa y ver el material en unos años termina convirtiéndose en una tortura.