Junto al lugar de celebración, el catering de tu boda es el proveedor más importante del día B, por eso es fundamental acertar en su elección. Puede que tus invitados no recuerden si en los centros de mesa había margaritas o crisantemos, pero sí si aquello que comieron estaba bueno o no.

En todas las películas que juegan con la temática nupcial vemos que las parejas se tiran de los pelos por la decoración de la boda. Sin embargo, esa idea con la que nos ha atiborrado la factoría estadounidense no tiene nada que ver con la realidad. Al menos no con la que vivimos en España, ya que aquí lo más importante, además del amor, es la gastronomía del evento. 

El catering de tu boda es el proveedor más importante que vas a contratar de cara al día B y es imprescindible que junto a la pareja, remen en la misma dirección. Sin embargo, el trabajo de cocina no comienza la jornada de la ceremonia, sino que es algo que se va puliendo desde que se cierra el servicio, ya que son multitud de detalles los que hay que tener en cuenta para que todo salga como sueñas. 

Por supuesto, ni que decir tiene que has de confiar en todos los profesionales que confirmes para la boda, ya que de otro modo la relación está truncada desde el principio. Además de eso, que es lo básico, hay una serie de aspectos a los que hay que atender para que cuando llegue el momento todo vaya como la seda.

Aspectos básicos a tratar con el catering de tu boda

Al igual que cuando hablábamos del lugar de celebración, de cara a la contratación del servicio de catering de tu boda es esencial contar con un presupuesto por persona para hacerte una idea del coste total de la partida. Obviamente, la horquilla va a depender de tus posibilidades, pero en Andalucía, y concretamente en Sevilla, un menú bueno puede partir, como mínimo, de 75 euros + IVA. 

Una vez que fijes esa cantidad, será el momento de buscar opciones. Además, esto será algo que te servirá de guía ya que normalmente las empresas de catering se pueden agrupar fácilmente por ello y todas las que ronden esa estimación tendrán más o menos la misma relación calidad-precio.

Algo que deberás facilitar también, no solo por comprobar la disponibilidad, será si se trata de una boda de día o de noche, ya que la propuesta de menú debe variar en ese caso. Si se trata de una comida, sí que podemos jugar con algo un poco más contundente, pero si es una cena, lo recomendable es un único plato en mesa. 

Una vez que hayas cerrado el acuerdo con el catering de tu boda, habrá que ir puliendo detallitos hasta la prueba de menú: ¿habrá quioscos durante el aperitivo?, ¿vas a contratar el servicio de recena con ellos?, ¿cuántas horas de barra libre llevaréis de partida?, ¿qué alternativas ofrecen para los menús especiales?, ¿podéis aportar vosotros el jamón? Todas las dudas que os surjan deberían quedar resueltas tras este día tan importante.

De todos modos, de cara a la boda, habrá algunos aspectos por confirmar hasta unas dos semanas antes de la fecha escogida. ¿De qué se trata? El número final de mesas, de comensales, menús infantiles y para proveedores, alergias, intolerancias y dietas especiales… A grandes rasgos, se trata de eso. 

Tendencias en la gastronomía de bodas

Como en el resto de aspectos del día B, en la gastronomía de estos eventos también hay tendencias, por eso está genial saber si el catering de tu boda está al día sobre ello. Si ves que funcionan un poco a la antigua usanza y tú quieres algo un poco más actual, siéntate con ellos y coméntaselo, seguro que también les emociona hacer algo diferente. Estas son algunas de las tendencias en la gastronomía de bodas que puedes tener en cuenta de cara a tu gran día:

• • TIPO CÓCTEL. Cada vez es más habitual asistir a celebraciones en las que el servicio de comida se hace tipo cóctel. Es una opción muy dinámica y que puede ser lo idóneo en caso de que te cases de tarde-noche en verano y no quieres que la fiesta comience más allá de cierta hora, por ejemplo. Una propuesta tipo cóctel no es sinónimo de poca comida ni de poco asiento siempre y cuando esté bien planteado, así que si estás interesada en algo así, plantéaselo bien al catering de tu boda para dar juntos con la mejor solución.
  • VARIEDAD EN TODOS LOS SENTIDOS. Ya sabemos que las bodas han cambiado desde que se casaron nuestros padres y que cada vez es más complicado sorprender. En la parte gastronómica, atrévete a poner bastante variedad de aperitivo (siempre y cuando hayan pasado el check de la prueba de menú), pero no solo a la hora de ingredientes, sino también de texturas y presentaciones. 
  • QUIOSCOS. Siempre aportan ese dinamismo que señalaba antes y además tienen un punto estético muy interesante. Uno que no falla nunca es el de quesos (¡ojo a dónde se ubica y a las variedades!) y otros interesantes pueden ser de sushi (si es show cooking mejor) o de arroces.
  • LOS VINOS. Destierra la idea de que el tinto es para la carne y el blanco para el pescado.
  • ¡PASTA, PASTA! Si te gusta la cocina italiana estás de suerte: cada vez es más habitual encontrarla como propuesta en menús. Es una alternativa que gusta bastante y se puede sorprender mucho. Consulta con el catering de tu boda que opciones tienen para sorprender a tus invitados.
  • BEBIDAS PERSONALIZADAS. Ya sea durante el aperitivo, en la fiesta o hasta en la ceremonia. Anímate y crea junto a tu pareja y los pros de la gastronomía un cóctel con nombre y apellido.

Por supuesto, como cada año, en Sevilla de Boda contaremos con grandes profesionales del sector de la restauración de bodas que harán todo lo posible para que tu día salga a pedir de boca. ¡Te esperamos en octubre en FIBES! Y mientras tanto, nos vemos en las redes con muchos más trucos y consejos.